Guía sencilla para que nuestros hijos disfruten en los museos

Visitar museos cansa: esto es una verdad innegable. Y si nos cansa a los adultos, ¿cómo no cansará a los niños? Añadamos que visitar un museo requiere no gritar ni correr, contemplar obras de difícil significado, no tocar nada de lo que se presenta ante los ojos y caminar por pasillos que muchas veces no tienen ni bancos. No resulta fácil que visitar museos resulte una experiencia atractiva para los niños.

Y, sin embargo, podemos preguntarnos: a pesar de todo esto, ¿conviene que los niños visiten los museos? ¿No es mejor esperar a que sean mayores y puedan entenderlos mejor?
Myriam Ferreira
Profesora de Historia del Arte, UNIR – Universidad Internacional de La Rioja