Cuando mi inscribí en el curso de Monitor de Tiempo Libre de la Escuela Don Bosco lo hice pensando en que sería una gran oportunidad para complementar mi formación universitaria. Al término del mismo, supe que, a niveles prácticos, carrera y curso pesaban por igual.

Gracias a la escuela tuve la oportunidad de conocer grandes profesionales con los que adquirí herramientas y destrezas que hoy en día son indispensables en mi vida personal y profesional. Además, tuve la suerte de compartir pupitre (es una expresión, la mayor parte del tiempo lo pasas de pie realizando y diseñando técnicas de dinámicas de grupos) con personas con las que a día de hoy, cinco años después, sigo teniendo relación.

Fueron unos meses increíbles, en los que diversión y aprendizaje iban de la mano. Así pues, si me preguntan si recomendaría a alguien esta formación, a boca llena y con la mano en el corazón diré que sí. (F.L.2014-2015)